31 de enero de 2010

Las religiones

Desde que se tiene uso de razón, las personas siempre han tenido multitud de enigmas que no han sabido contestar, al menos científicamente. Una de ellas es nuestra presencia en este mundo: cómo hemos sido creados y cómo somos los "únicos" que existimos, al menos, en la Vía Láctea. Así es como un sinfín de explicaciones han salido a respaldar esas cuestiones que tanto nos atormentan y, entre ellas, podemos encontrar el tema de las Religiones.

La gente necesita creer en algo. Estamos tan indefensos, tan solos en un mundo que, a pesar de estar destruyéndolo poco a poco, no comprendemos, que la mera existencia de algo más, de algo que pueda estar ahí apoyándonos y cuidando de nosotros es algo más que creíble. Pero, ¿si verdaderamente existiese un ser supremo, un dios, que nos hubiese creado, que nos hubiese dado unas leyes para regir nuestra vida moral y espiritual; cómo ese dios puede permitir el rumbo que está tomando nuestra planeta, cómo puede permitir las atrocidades que el ser humano está cometiendo entre los que son considerados "sus hermanos"? Sí señores, estamos solos, pero ¿eso nos da derecho a, en nombre de una deidad, cometer salvajadas para incrementar nuestra fe?

El problema no son las religiones sino las personas que trasmiten el mensaje, las personas que propagan la enseñanza de sus dioses en el mundo. Así es como muchas prácticas, digamos, "puras" se han vuelto sectas de las que la gente no puede escapar o, incluso, se hacen nuevas religiones basadas en películas, libros o cómics. Es lamentable ver como, en casi todas, se esconde un motivo económico, algo con lo que ser millonario lavando la cabeza de la gente, algo con lo que se perpea el mensaje de, a lo que todavía, llamamos fe.

Me asusto al pensar en todo lo que somos capaces de hacer por dinero. Me asusta ver como la gente se mueve con los ojos vendados por senderos que son trazados por gente con poder. Es lamentable ver como hay gente que se aprovecha de las debilidades propias del ser humano, como hay gente que ofrece la salvación a una vida de "pecado", cuando la vida no tendría que ser vista así. Nuestra existencia en este mundo es fugaz y, por eso, debemos aprovecharla, debemos dejar esa pequeña huella que demuestre que existimos y que fuimos parte de este mundo. Pero, como he dicho anteriormente, las personas necesitamos creer en algo.

30 de enero de 2010

Mentiras

Desde que somos pequeños, vivimos rodeados de mentiras. Mucha gente suele decir que la primera de ellas es la familia, pues no la escogemos y rara vez es lo que deseamos; sin embargo, yo me aventuro a decir que una gran mentira, que siempre nos acompaña, son los amigos: promesas que nunca se llegan a cumplir, traiciones cuando menos te lo esperas, abandonos inesperados...

Hasta que no maduras no te das cuenta de todas estas cosas a las que, cuando eres pequeño, no les das importancia. Pero, como dije, los años pasan y éstos te ayudan a reflexionar, te ayudan a ser más fuerte y a no ceder ante malas compañías. Te ayudan a darte cuenta de que las relaciones entre la gente más que ayudar, perjudican. Hoy en día vivimos en una sociedad de ignorantes y egoístas, gente que sólo busca su propio beneficio sin pararse si quiera a pensar lo que pueda llegar a sentir la gente con la que convive, gente que, hasta que no sufre en sus propias carnes los efectos de sus actividades, no levanta la voz y protesta. Es lamentable como ahora los derechos de las personas son pisoteados sin miramientos y como esa situación se permite día tras día. Es lamentable ver como en esta sociedad vale más ser una persona mala, sin miramientos por las demás, que una persona de buen corazón; al fin y al cabo si eres bueno, la sociedad te come.

Así, con la poca abundancia de gente buena que hay, es lógico pensar que la mayoría de las relaciones que se tienen actualmente son ficticias. Pocos son los verdaderos amigos, y aquellos que pueden estar en tu lista de buenas amistades pueden volverse unos hijos de puta de un día para otro. No se pueden confiar en las personas, no se puede abrir totalmente a nadie, pues, por cualquier motivo, algo que es tuyo totalmente, se puede volver de dominio público al cabo de unos segundos. Aún así, sigo pensando que siempre existirá esa persona en la que puedes confiar y que nunca te defraudará. Quizás el término de "alma gemela" no se refiera a esa persona a la que amarás por siempre el resto de tu vida sino a aquella que estará contigo, en lo bueno y en la malo, el resto de tu vida.

Es verdad, el mito del "amor de tu vida". Otra mentira. Sí existirá, llegará y compartirás con él/ella todo pero no en forma de príncipe ni te recogerá en un caballo blanco con crines tan hermosas que reflejan la luz del sol. No todo es un "happily ever after", siempre habrá discusiones, desacuerdos, cosas sin sentido, cosas que, por mucho que lo trates, nunca lo vas a entender. Y, por supuesto, rupturas. Siempre han existido y siempre existirán, y eso, es una parte que suelen omitir en muchos cuentos, algo con lo que una niña jamás ha logrado concebir y, que cuando le ocurre, cree que su mundo se ha roto, que su vida se ha acabado para siempre desde el momento en que él se fue. Es una de las consecuencias de esas mentiras que nos rodean: nunca se comprenderá el alcance que pueden tener. Nunca comprenderemos como algo que parece una minucia, tiene peores resultados de lo que nos imaginamos. De esta manera, surgen más dificultades, surgen modas y actitudes difíciles de lograr que desaparezcan; en realidad, surgen las verdades y, con ellas, la depresión para lograr aceptarlas, pues, a veces, la realidad es tan cruda que se suele ignorarla, olvidarla, dejarla de lado para así poder vivir cómodamente en esa mentira tan elaborada que la sociedad trae consigo.

~ Bienvenidos.